SAN JUAN, REPÚBLICA ARGENTINA.

 

 

 "LA VERDAD LEVANTA TORMENTAS CONTRA SÍ

QUE DESPARRAMAN SU SEMILLA A LOS CUATRO VIENTOS".

 


 

Rabindranath Tagore (1861-1941) Filósofo y escritor indio.

 

 

CAPITULOS DEL 6 AL 10

SIN PALABRAS

AYUDAME SUSY LEIVA

CAP. 6

 

LA SOLEDAD,  EL CAJETEO Y LA VISITA DE MANUELA   

 

Cuando ya es mucho el tiempo de estar en prisión se comienza a sentir las carencias mas importantes. El hombre, como animal racional actúa también por instinto, porque estos son parte de su naturaleza animal. Sobre todo esto se destaca en el hombre cuando es joven y como parte de sus funciones está el tener una activa vida sexual.

Masturbarse es parte inseparable de su ser más allá de su condición de militante revolucionario, aspirante religioso, ermitaño, asceta, militar, policía o lo que fuere.

La soledad de la celda lo permite, siempre que no haya un yuga mirón, y las caricias sin retaceos ni melindres le darán la calma que busca. Todo quedará impregnado en el calzoncillo que al día siguiente lavará aunque alguno, previsor y sin ganas de lavar, utilice papel higiénico.

El problema es vivir en un pabellón común y quedar a la vista de todos.

El Zurdo S duerme en la cucheta de arriba y Cacho lo mira desde la cama vecina desde abajo. Los movimientos son inconfundibles.

En el silencio de la noche en la cárcel de Devoto, en la planta baja de los pabellones que están a la izquierda, según se mira de frente la entrada a los pabellones celulares, el zurdo agita su mano bajo las mantas. Tiene los ojos cerrados y seguramente una visión plena del sexo de su compañera que quedo afuera y está embarazada. Se agita su respiración y acelera el movimiento de su mano bienhechora. Por fin llegan los espasmos finales y su cuerpo ya no se agita. Solo mantiene el movimiento de su pecho que sube y baja y es lo único que delata la actividad que acaba, valga la redundancia, en esos momentos.

La masturbación, la salvadora, bienhechora y relajante pajita, es parte de la vida del hombre y una práctica corriente en los presos. Máxime cuando, como ocurre con los presos políticos, no les brindan el beneficio de la “visita higiénica” y los presos deben “higienizarse” solitos.

Por mas afirmaciones que se hagan en contrario no existe el hombre integro y natural o normal que no le de a la mano mientras está preso. Lo hace incluso en plena y total libertad física, en todas las sociedades, en todas las épocas, en todos los tiempos porque es algo muy elemental y primario. Nace de lo animal, de lo instintivo, es propio del hombre en sentido genérico, de su naturaleza esté o no mentalmente apto.

No ha existido, no existe ni existirá sobre la faz de la tierra la persona humana que en especiales momentos de su vida no haya sentido en el pasado, sienta en el presente y los que  sentirán en el futuro la placentera sensación de fruncir el tuje y apretar los cantos impulsando la pelvis hacia delante para dejar fluir el semen al ritmo de las contracciones de la próstata en el hombre.

En la época mas dura del gobierno militar si, durante la siesta, se hacia el recuento y al abrir la mirilla para el yuga que te espiaba estabas jugando solo te dejaban encanutado. Las limitaciones producto del escaso desarrollo intelectual, de la nula capacidad de pensar de los carceleros, magnificaban el “delito” de pajearse y te dejaban encanutado hasta el otro día. Recuerdo dos casos: Uno, el de Sosita, un tucumano que según el yuga de turno se estaba pajeando y lo dejó encerrado y el otro el de Villavicencio, también tucumano pero al contrario de Sosa, un sindicalista de la Fotia, era amanerado y tenia un pitilin pequeñito. Tan chiquito que el turco Mustafá, un personaje, decía que el hombre  era “sin bólico”.

Pero así como el Villa era sin bólico  había otros exageradamente provistos por la naturaleza como el Pato Mc Donald, creo que era el portador de pene más grande en toda la cárcel de Rawson porque en Caseros “nueva” era Tomás Cormack. Después estaba un sindicalista de Villa Constitución. No, no era el cabezón Alberto P sino Vittorio P que cuando iba a orinar a los baños pelaba y se ponía las manos a la cintura y dejaba el bicho en exposición. Tenía, además del bicho, un dicho Vittorio:

-“La suerte que uno no anda en pelotas en el pabellón si no los pelotudos envidiosos te harían mierda”

Le gustaba además, mostrarse cuando se duchaba. El hombre tenía lo suyo.

 

En ese pabellón estaban Samojedny y el Pato Mc Donald como “ideólogos” de los “perritos”. Eran la dirección del pabellón. En tanto que en los montos había un flaquito tucumano al que Tito Mario le llamaba “Mayonesa RiK”, por que era puro huevo el pibe

Mirándolos en el tiempo, siento  escalofríos en mi cuerpo de solo pensar cuanto daño podrían haber hecho (no con el pene, por supuesto) de tener una mínima posibilidad. Me refiero a los dos perritos, al “sordo” y al “pato”.

Estaban locos de remate sin lugar a dudas porque plantear lo que planteaban para mantener disciplinada a la tropa en el pabellón es de locura. Voy a dar un ejemplo tonto.

Un sindicalista obtiene el beneficio de “la opción para salir del país” de acuerdo a un  recurso de Habeas Corpus presentado en su favor y resuelto por la Suprema Corte de la época. Por supuesto con la disidencia eterna de César Black, ministro de la misma.

El Sindicalista, santafecino pero no es ninguno de los mencionados hasta ahora y que había recibido un balazo en el abdomen, sale; digamos que sale hoy en la mañana.

Al otro día en la tarde ya el sordo hacía circular la versión de que había sido recibido en Paris por una multitud con carteles y aclamaciones.

Quien utilizara la lógica como sistema de análisis concluiría que en 24 horas era imposible que el hombre llegara tan lejos y ya hubiere semejante información. Amén de que no había cómo obtuviera  él esa noticia.

Quien lo cuestionara sería anatematizado sin lugar a dudas.

Yo lo hice.

Así me fue

Hace casi treinta años no existía el internet ni tampoco Carlitos había vendido los teléfonos por lo que estábamos bastante atrasados en la cuestión comunicación.

Además en plena dictadura lo menos que había era celeridad para hacer efectiva una libertad y mucho menos para aquel hombre que de verdad era importante.

Salir de Rawson y llegar a Buenos Aires insumía por lo menos cinco horas.

Hasta que alojaran al detenido para hacerle todo el papelerío necesario, etc., etc.

Además desde la notificación de la corte que decía   “en el plazo perentorio de 15 días a partir de ser notificado…”el PEN debía dejar en libertad o echar al preso. Al hombre lo llevaban a notificarse de la decisión de la Suprema Corte y era un trámite engorroso que no se resolvía de inmediato, los protagonistas de esos momentos saben que era así y no de otra manera.

Primero lo ingresaban a Devoto o a Caseros como nuevo destino de alojamiento.

Tenemos hasta el día siguiente.

Sumemos la cuestión del pasaje que pagaban los familiares del preso, visado de pasaporte, etc., etc., etc.

Quien haya viajado al exterior lo sabe.

Máxime si era un preso político.

¿Por qué lo hacían estos hombres?

No lo sé y si les inquiriéramos seguro nos mentirían

Hoy me pregunto…

Los sobrevivientes de aquella etapa que me hicieron pedazos ¿Qué piensan hoy si es que han asumido la verdad?

Los recuerdo a todos. Uno por uno.

No les deseo el mal.

Al Tucu Gonzalito de Bella Vista, ojala hayas podido superar ese problema que te llegó como noticia y que tanto daño te hizo. Lo digo de esta manera porque queda más delicado que decir la verdad

A Sosita, también tucumano

Al Negro Romano, que no recuerdo su nombre, el mitómano.

A los hermanos Núñez, Fermín y Lito.

Al Negrillo.

Al Boli.

A Juan Tejerina.

No me olvido  Angelito Villavicencio, siniestro loco perverso, que me persiguió hasta en libertad haciéndome quitar la ayuda de los “Organismos Defensores de los Derechos Humanos”

A todos, que Dios los perdone.

Porque aquí se pagan todas.

Me pregunto al verlo al Pelado Tumini en la televisión defendiendo con uñas y dientes las acciones de gobierno de la Presidenta Fernández de Kirchner dejando atrás, muy atrás aquello de “la lucha de clases y la defensa del proletariado” que fue durante aquella época su divisa, si hoy lo consideran traidor a su clase por hacer lo que hace y estar donde está.

Salvo que sea una nueva estrategia.

Pelado. Aunque caprichoso y tosudo junto al Zoilo, al Uña, al viejo Viudez, al Osito y al Huevito Vivanco, entre miles, lo más recordable y bien de la cárcel. Obsesionado siempre por destacar con su cantito cordobés que

-“A mi me gustan mucho las mujeres”…

Mientras que en los baños, cuando sacudía, hacía sonar al amigo para que todos notaran que en la mano tenía algo destacable… claro que no impresionante

 

Estábamos hablando de la santa y bienhechora pajita. 

En la época más difícil cuando nos largaban agua para bañarnos, en invierno fría y en verano hirviente, entrábamos diez o doce monos al sector de las duchas donde solo había tres canillas. Me acuerdo que me acerqué adonde estaba Tito Mario para enjuagarme, él no se corrió mucho y quedó a mis espaldas. Como teníamos la misma estatura todo se correspondía Sin darme cuenta me agaché y puse mis glúteos sobre su pelvis y, pobre Barone, su “santito”, como decía el morocho Suguz, pegó una estirada de miedo.

Tito Mario B era bien delgadito y nervioso. Radicado en Rawson, localidad del Chubut donde estaba ubicada la cárcel, recibía visitas todas las semanas. Cuando me salí de la ducha me volví para buscar mi toalla y se la vi morcillona. Impresionante. En esos días estábamos en el pabellón cuatro y teníamos celda contigua. Si mal no recuerdo yo estaba en la 110 y él en la 111. La tarima de mi cama estaba pegada a la pared de su celda y cuando en las noches no podíamos dormir nos poníamos a hablar con un sistema parecido al morse, el de punto y rayas

Toc, toc. Suena de manera apenas  perceptible la pared.

-¿Qué te pasa gringo?- le pregunto

-No tengo sueño – responde

-¿Por el mate?

-No-  responde- Estoy caldo (caliente)

-¿Con quien te peleaste?

-No… con nadie.

-¿Entonces?

-Lo tengo al palo.

-¿Al santito?

-Sí

-Está bueno- le digo- ¿Qué te pasó?

-No se. Desde la vuelta del recreo que está loco

- Ah… sí. Lo vi hoy semi despierto en la ducha

-¿Qué te pareció?

-Se ve interesante

-¿Te gusta?

-¿El cazzo?

-Ahá

- Mirá, con la estirada que se pegó es de temerle

-También lo pusiste adelante y lo tenés bastante  aceptable

-¿Le darías?

-¿Sabés cómo?…-Después no habló más

Al día siguiente no quería mirarme, ni me saludó. Bruta paja debió hacerse el tanito esa  noche. Seguro estaría arrepentido porque sabía que yo sabía que si se daba la ocasión, la oportunidad, algo pasaría.

Pero no pasó, con él. Pasó con otro montonero, Eduardo G. G. Sí. Un pibe judío oriundo de Azul, en la Provincia de Buenos Aires. Le gané por cuatro a dos.

 

Creo que para sobrevivir toda acción es válida menos delatar, entregar o traicionar a los otros. En las situaciones límites si te pones a pensar en lo que no debes decir o hacer será lo primero que hagas. Por qué razón se produce este fenómeno lo podrán explicar quienes estudien la mente humana y sobre todo el accionar del hombre como ser instintivo, no racional. El hombre cuando razona se pierde.

Este tipo de situaciones las he podido vivir de mil maneras diferentes. He visto masturbarse a lo largo de casi diez años, en realidad nueve años y diez meses, a muchos de los detenidos. Para algunos, presos políticos; para otros militantes populares o delincuentes subversivos, terroristas, etc. Para mí: hombres con cualidades y limitaciones. Con necesidades lógicas y naturales o con acciones y reacciones del instinto animal que toda persona humana lleva en su seno.

Creo que es oportuno decir que tanto se hace la paja el preso como el carcelero y yo estuve en los dos bandos. Que en cuestión de conductas sexuales no existe persona humana superior, mejor o peor que otra. Hay quienes gustan de ser dominados y los que sienten placer por dominar. Los que necesitan ser golpeados y los que necesitan golpear.

Están los sádicos y los masoquistas

Los heterosexuales y los homosexuales, tanto en hombres como en mujeres.

Sean militares, aviadores, marinos, gendarmes, policías, penitenciarios o de la prefectura; curas, monjas, médicos o de la profesión que fuere. Todos como hombres o mujeres tienen alguna inclinación a algo o gustan de algo en particular.

No existe nadie químicamente puro.

Seguro es que a muchos le provocará urticaria leer que tal o cual “cuadro” se hacía la paja ó que ese alguien le sopló la nuca a ese otro.

En mi paso por la vida de carcelero he conocido a muchos con gustos particulares y los he visto gozar de esas preferencias más allá del escalafón o jerarquía.

 

Entre los presos recuerdo en especial al Pato Mc Donald. Era de terror lo que calzaba.

En uno de esos cambios que se producían periódicamente de los presos dentro de los pabellones le tocó compartir la celda con un negrito del interior del que todos opinaban le gustaba la “carne en barra”, como decía Raúl el de la celda 10 en el pabellón uno. Además el sordo Samojedny lo había marcado como “botón”.

Pasaron juntos la primera noche y al encierro de la segunda el cuyano no quería entrar junto con el Pato a la celda. Antes de que el yuga diera la orden de formar para el encierro, se acercó al cuyanito el sordo Samojedny y le dijo algo. El muchacho que a la sasón tendría unos 28 años puso cara de miedo, bajó la cabeza y en silencio se dejó encerrar con el Pato Mc Donald.

Pasaron varios días sin que ocurriera nada significativo en aquella celda. Me intrigaba la cara de horror que puso el negrito aquel cuando “Beethoven”, así le decían al sordo porque ese fue el apodo que le puso el Turco  Mustafá cuando fueron detenidos en Catamarca, se le acercara aquella noche.

De apoco me allegué a él.

Ellos imponían una ley absurda para con los otros presos que no se les disciplinaran. Los tildaban de “botón” y eso equivalía a la muerte social dentro de la cárcel. No compartían nada con el acusado, ni siquiera las charlas o caminatas en el recreo.

Lo “aislaban”

Esto era lo mismo que morir en soledad rodeado de gente. Estar solo entre la multitud-

Nunca entendí semejante dureza en el trato para con los “quebrados” que ya estaban en la cárcel.

El cuyanito no quería hablar. Tenía un temor fundamentado

-Si hablas conmigo te van a aislar a vos también- me dijo

-No te preocupes, ya estoy- Me miró con ojos asombrados

Así charlamos durante varios días y me hice su confidente.

Una noche me desperté. Creía oír gemidos de dolor.

Me costaba escuchar porque en el cuarto de los yugas sonaba una emisora de radio. Si mal no recuerdo era radio Golfo Nuevo, de Puerto Madryn.

Los gemidos parecían de un animal sometido a un dolor insoportable. Sonaba como cuando se le aprieta el hocico a un perro y éste gime.

Luego el silencio.

Al día siguiente el cuyanito no salió de la celda nada más que para lavarse y volvió a ella quedándose sentado en un rincón de la cucheta y casi escondido.

En cambio el Pato Mac Donald, su compañero de celda, andaba por el pabellón muy orondo, con cara de haber cumplido con su deber.

Algo pasó esa noche y fue en esa celda.

El cuyanito no salió al recreo ese día así es que no pude preguntarle qué pasaba. Lo cierto es que cada noche podía escuchar aquel gemido lastimero. No duraba mucho tiempo, apenas unos minutos. Después, silencio

 

La misma política de “aislamiento” implementaba cada orga, tanto los “montos” como los “perritos”, con sus propios compañeros o camaradas.

De alguna manera entregaban a las manos del enemigo a todos aquellos a quienes antes habían considerado combatientes populares. Creo que muchos de los que sacaron de las cárceles y ahora aparecen como muertos en un intento de fuga o de los que se suicidaron dentro de las mismas es responsabilidad de los que se creían cuadros militares y políticos.

Es el caso de Carlos Samojedny, “Beethoven” o sordo para los íntimos, que se convierte en el Torquemada de la inquisición de nuevo cuño que él estableció en el pabellón 4 de la U. 6 de Rawson y muere de la manera más absurda, cruel y violenta en una acción irracional en La Tablada.

Junto al Pato Mc Donald y a  Ángel Villavicencio, hicieron parir a más de uno en aquel pabellón.

Mientras, afuera, se reclamaba el respeto por los derechos humanos

La paradoja de la parajoda

Mencionemos dos casos puntuales.

El suicidio de “Guerrita”, un morocho grandote de Entre Rios que pertenecía a los montos que se suicidó dentro de la celda 24 del pabellón uno.

Producto de la tortura a que fue sometido padecía de un temblor permanente, como si tuviera el mal de Parkinson.

Según contó el preso a quien los yugas sacaron de su celda en la madrugada para que fuera testigo:

“Estaba la puerta de la celda abierta. Yo estaba en calzoncillos y descalzo porque no me dieron tiempo de ponerme ni tan solo el pantalón. “Guerrita” tenía el cuerpo doblado como haciendo una “Z” mal escrita. Los dos pies los tenía atados con los cordones de las zapatillas  a los soportes de la tarima de la cama. El tronco de su cuerpo estaba cuarenta centímetros más abajo, tirado en el piso. Los brazos extendidos y él bañado en sangre. Su cuerpo se estremecía con violencia en los estertores finales y la sangre salía con fuerza de su cuello. Los ojos muy grandes, abiertos mirando la nada. Con una hojita de afeitar se había cortado la arteria yugular”.

El último tramo de su vida en la cárcel estuvo “aislado”.

Era un tipo grandote. Sobervio en demasía al que sus subalternos le rendían pleitesía y que de pronto cuando llega información del exterior queda sin ninguna autoridad y despreciado por los suyos. Por ende él no quería tampoco que nadie le hablara y se hizo pedazos solo por su depresión. Según cuentan sus ex compañeros:

-“En la tortura se hizo cargo hasta de la muerte de Jesucristo. Entregó toda una regional”.

El otro caso es el de Osvaldo Debenedetti, el Tordo, que cae en Tucumán junto con el “Pelado” Tumini, el “Amarillo” Genoud y un pibe de apellido Meloni.

 A Debenedetti, “la gilada” como decía el mismo Tordo, lo consideraba un cuadro militar y político muy importante para el PRT, su brazo armado ERP y para la revolución.

Hasta la llegada del grupo del Tordo, en Rawson solo estaban habilitados dos pabellones para los presos políticos. Los pabellones 2 y 3.

Tumini y Genoud fueron alojados en el pabellón 2. Mientras que Meloni y el Tordo, en el tres.

Luego nos detendremos  más en particular sobre el Tordo.

Digamos ahora que llamaba la atención que periódicamente lo visitara en el pabellón un oficial del SPF que estaba a cargo de la requisa y pasaban horas en el baño donde están las letrinas hablando. Cuando el oficial se iba el Tordo decía que:

-Viene a charlar de política, a pedirme que le haga un análisis de la situación nacional e internacional porque no entiende lo que pasa.

Curioso ¿Verdad?

¿Quién era el oficial? Es sencillo. Deben mirarse los registros de la unidad del año 1975, nada más

El otro detalle es el de que periódicamente eran llevados los cuatro a Tucumán siendo esos momentos muy significativos para el ERP ya que se producían muchas caídas y moría mucha gente en la zona.

Esto fue así hasta que saltó la ficha.

El Tordo había vuelto a quebrarse, ya le había pasado en las primeras caídas. Lo apremiaban un poco para que hablase y después le pegaban para que se calle. En esos traslados seguía dando información al ejército.

Cuando sus compañeros lo aislaron, ya no pudo dar más información y en el siguiente traslado lo fusilaron después de torturarlo un par de días.

El hermano, Gabriel Debenedetti, el Tordito, se suicidó según cuentan los que dicen saberlo todo. Pero este caso, los cómo y los por qué, los desconozco.

Dentro de la cárcel, los mismos presos son seres muy crueles.

Algunos serán recordados muy bien,

Otros, en cambio, quedaran en el recuerdo de algunos como personajes verdaderamente despreciables.

El sordo Samojedny y Mc Donald en la cárcel fueron lo peor. El sin bólico Villavicencio lo peor. Fuera de la cárcel, perseguía a los presos que salían en libertad, a quienes adentro habían caracterizado de buchones porque no eran como él: Un tipo servil y obsecuente de los locos como  Samojedny y el Pato Mc Donald.

El Sin Bólico les calentaba las orejas a las pobres viejas que integraban las redes solidarias para con los que salían en libertad y no tenían a nadie afuera y lograba con su crueldad que los pobres tipos se quedaran sin nada.

Entiendo en este presente que las mujeres más valientes de la historia de este país fueran confundidas tan vilmente por ese siniestro personaje tucumano que tanto daño hizo a pesar de sus modales tan suaves y femeninos.

Ay, Angelito. Quisiera odiarte pero solo siento lástima por vos. Ojala hayas aprendido a ser hombre, aunque lo dudo.

Su brazo era largo y llegaba hasta el interior.

En San Juan, sobre la avenida Alem entre Córdoba y Santa Fe, hay una iglesia de los evangelistas. El pastor que había allí en 1983 casi en el final del mes de septiembre y que integraba un organismo de defensa de los derechos humanos que ayudaba económicamente a los liberados, le negó ayuda a Quique porque:

-Desde Buenos Aires me dicen que a usted no debemos darle nada; que usted es un traidor…

-Pastor – dice Quique – ¿Usted tiene pruebas  que demuestren que eso sea verdad?

-No, pero me basta lo que me dicen desde Buenos Aires. Por favor retírese, se lo voy a agradecer.

-Por favor, señor.

- ¡Retírese o llamo a la policía!

- Está bien. Solo quería preguntarle si de verdad cree en Dios.

-Por supuesto

-¿Y lo ve a Dios, señor?

-No…A Dios no lo veo…

-Sin embargo cree en Él

-Así es…

-Y a mi que me ve no me cree…-Se miraron en silencio. Luego Quique se volvió dirigiéndose hacia la calle por la salida lateral de la iglesia. Cuando llegó a la parte más estrecha del pasillo se volvió. El pastor estaba mirándolo y Quique le dijo

- Oh, Dios, si es que hay un Dios…Salva mi alma, si es que tengo un alma.

Una vez en la calle caminó por Alem hacia Santa Fe. Una profunda pena ganó su ser y sintió tremendas ganas de putear al mundo. No había en sus bolsillos una mísera moneda para colaborar con algo en casa de su hermano que le daba alojamiento.

Sintió de pronto que no podía respirar y como si algo en medio del pecho estrujase su corazón.

De manera atinada se dirigió al centro médico cercano y de allí lo derivaron a un hospital donde lo atendieron los cardiólogos que lo derivaron a un hospital de gestión estatal.

CAPITULO 7

¿QUIEN  OYÓ  GRITAR  A  MARIO  ABEL  AMAYA? “POR FAVOR…POR FAVOR…”

¿QUIEN  OYÓ  GRITAR  A  MARIO  ABEL  AMAYA?

“POR FAVOR…POR FAVOR…”

No puedo decir la orientación geográfica de la cárcel de Rawson porque sencillamente nunca la vi desde afuera.

Camino a la enfermería había que atravesar un patio al que daban los pabellones 2 y 4 y un pasillo por el que se llegaba a la requisa y lugar donde tenían los calabozos de castigo. En casi nueve años allí conocí seis pabellones de ocho que había a finales de 1974 y comienzos del ’75, dos patios y casi al final una especie de sum (salón de usos múltiples) que comenzó a construir el gobierno democrático de la señora de Perón y que terminó  la dictadura  junto a varios pabellones más.

En ese tiempo llegó a Rawson un sindicalista de ultraderecha, Julio Isabelino Guillán. Un viejo petiso de voz chillona que se burlaba de los presos  que, cuando lo trajeron a él a esa cárcel, estaban en los calabozos de castigo. A partir de ese momento comencé a sentir una repulsión incontenible por los sindicalistas con características similares a aquel hombre maligno. De verdad no he conocido sindicalistas distintos.

Precisamente por su culpa fui  a parar a la enfermería del penal. Sucedió a la vuelta de un recreo. Para reintegrarnos al pabellón nos hacían formar en fila india. Delante mío iba el vejete ese y los yugas querían que corriéramos al trote. Yo iba detrás del isabelino (hombre de la loca, además) y como él era lento, no servía ni para trotar,  me fajaron a mi. Me dieron duro  y  en el pabellón me dejaron encerrado en la celda. Me dolía más la bronca por la actitud cobarde de los yugas que los golpes mismos, en realidad me han golpeado mucho más duro en otras ocasiones.

Los yugas son un caso aparte.

Pertenecen a un estamento  tan bajo, sin movilidad social y son tan fáciles de adoctrinar que querían hacer méritos frente a sí mismos, para elevar su auto estima, que los pobres “se vengaban de un traidor”. Pobres tipos.

Recuerdo sobre todo a un flaco repulsivo, sub oficial, no retengo el grado, de apellido Codesal el que según contaban los presos que estuvieron cuando la fuga de 1972, lloraba pidiendo que no le hicieran nada y ahora estaba convertido en un verdugo sin alma.

Codesal.

Creo que a él debiera la justicia pedirle explicaciones sobre la muerte del radical Mario Abel Amaya  que lo sacaron de madrugada desde la enfermería de la U. 6 tapado y ya sin vida por los golpes recibidos en la cárcel de Rawson y no por un ataque de asma según tengo entendido aunque, los que saben dicen, que murió en Devoto, en el “hospital” central.

También como responsable de la cárcel estaba un petiso siniestro de apellido Wanich. En ese tiempo creo que tenía el grado de alcaide.

Wanich

Cuando me dejaron encerrado en la celda y aunque mi dolor físico no era tanto, a los gritos pedí un médico y los otros presos apoyaron mi pedido. Vino un enfermero que ordenó que me llevaran a la enfermería y hacía allí me llevó un carcelero con la cadena en mi muñeca

Llegamos a la enfermería y estaba el más verdugo de los enfermeros.

Era un pelado de apellido Vidal, fatídico borrachón que cuando llegaba a la entrada del pabellón parecía que estuviese oliendo mierda, me encerró en un cuarto en cuya puerta  hermética había una mirilla y en su interior solo una cama y hacia el fondo un baño. No me dio ni agua y para colmo me esposaron a la cama, una medida absurda e innecesaria porque  lo único que tenía puesto era un camisón rustico como toda prenda. Además ese cuarto de tortura psicológica no tenía ni ventana.

Para entrar en esa  sala-calabozo  uno enfrentaba la reja ancha de  la sala grande donde había unas veinte camas. Si estaba mirando de frente a esa sala, la sala calabozo quedaba a la izquierda de la persona. Precisamente en la penúltima cama, muy cerca de los excusados, estaba Mario Abel  Amaya. Se escuchaba un ¡Ay! Bastante fuerte y prolongado.

No era el quejido que produce al respirar un asmático. Eran gemidos de dolor físico resultado de golpes violentos. Quien haya sido castigado duramente sabe a qué me refiero.

Cuando el yuga y el enfermero salieron, cerraron  la puerta, todo quedo en silencio y volvi a escuchar a Amaya. Todavía su voz era audible.

-Enfermero…por…favor…me…muero.

Nadie respondía a su llamado.

Por el sonido de su voz que se fue apagando deduje que su estado se agravaba. Desde la cama yo gritaba llamando al enfermero pero nadie contestaba, la celda era hermética ya lo dije. No podía golpear la puerta porque estaba esposado. Solo gritaba

No escuche que se abriera la reja de la sala grande en ningún momento para brindarle atención al hombre que pedía por favor que lo atendieran.

Aún retumban en mis oídos los gritos lastimeros de alguien que pedía por favor atención médica. Eran los gritos de alguien que quería vivir, que seguramente tenía motivos valederos para pedir de esa manera

¡No me dejen morir así, por favor! ¡Quiero vivir!

Debo haberme dormido un largo rato y no se precisar en que momento dejó de oírse la voz de Mario Abel Amaya ya transformada en quedo gemido. Tengo la seguridad que era de madrugada cuando se oyó un tropel de gente apurada y el desplazamiento de las ruedas de una camilla. Murmullo de voces irritadas acompañan el movimiento.

Después el silencio total y tenebroso

Es difícil precisar los tiempos cuando se está sometido a ese tipo de encierro, Si no hubo modificaciones en la construcción, todavía puede comprobarse lo que digo.

Lamentablemente pasará mucho tiempo antes de que se tenga en cuenta este testimonio y todo será modificado y por supuesto nadie será hallado culpable. Solo quedará como algo anecdótico que ocurrió alguna vez y que por haber sido real no le sirve a la historia que necesita el país para seguir avanzando.

La mentira nos mantiene unidos.

Desde aquello de “Muero contento, hemos batido al enemigo” que no se lo cree ni Cabral si es que de verdad existió, pasando por la “emboscada” de los españoles  a Güemes o el caso de Camila O’ Gorman y el curita Ladislao Gutierrez que no tuvieron derecho al amor y fueron condenados por la siempre retrógrada iglesia católica y hasta por Sarmiento, llegando a los héroes de Malvinas, todo lo nuestro es, como dice  Valeria Lynch “Mentira”.

En qué momento del día  entró el médico jefe de allí de apellido Zaleg o Saleg a la sala calabozo, no lo se. Venía acompañado de un enfermero, el de mayor edad de los tres que había allí. Recuerdo que le pregunté

-¿Se murió el que se quejaba tanto, doctor?

Irritado y casi con violencia contestó

-Aquí no se muere nadie

Dio media vuelta y salió sin haberme auscultado o preguntado nada, ni hacer ningún otro comentario, seguido por el enfermero.

A los veinte minutos vinieron de la requisa y me sacaron  para volverme al pabellón. Me dieron mi ropa.

-Vistasé

Delante de los dos, enfermero y requisa, me quité el camisón. Están tan acostumbrados a ver cuerpos de hombres desnudos que para ellos más que una cuestión de seguridad es una necesidad. Por ahí se encuentran con algún armamento que les despierta envidia   pero no dejan de admirarlo y luego, guardada la imagen en su memoria, les motiva para actuar en su vida íntima. Sin que me dijeran nada entendí que volvía al pabellón.

Estaba de alta médica.

Cuando llegábamos al primer cruce de pabellones, 1 y 2, me hicieron subir la escalera que lleva a los pabellones 3 y 4. Como yo estaba en el pabellón 6 le dije al yuga que me llevaba

-Señor, yo estoy en el pabellón 6.

-¡Silencio!- Grito el hombrecito

Llegamos a la celaduría y otro yuga dijo

-Usted está en la celda 108, entre.

Ruido de cadenas que se arrastran sobre la chapa del portón. Una vez ingreso al pabellón el celador le dice al yuga que está dentro.

-Encerralo.

Según se entra al pabellón cuatro la primera celda a la derecha era la que me habían destinado. El yuga abrió la puerta, entré y cerró la puerta tras de mi.

Estaban todas mis cosas tiradas. Todo revuelto. La yerba, lo más sagrado junto al tabaco dentro de la cárcel, mezclada con azúcar, en el piso.

Respiré profundo  y comencé a ordenar la ropa en la tarima metálica que había en la celda. Trataba de no pensar en nada para no putear porque no sabía quien había traído mis cosas desde el pabellón seis. Ya casi terminaba cuando abrieron la puerta de la celda.

-Salga – Dijo el yuga – Vaya  a la salida

Abrieron  el portón y salí. Allí me esperaba un yuga de la requisa que me puso la cadena en la muñeca derecha, luego esta a la espalda y me sacó. Pensé que volvía a la enfermería pero me hizo ir hacia la requisa. Después de entrar allí, pasé directamente a los calabozos de castigo. Me tocó el segundo. No entendía nada, ni el porque de estar allí.

Cuando el yuga que cerró la puerta del calabozo salió, alguien preguntó en un susurro.

-¿Quién está ahí?

No contesté hasta no estar seguro  de quien hablaba.

-Soy el Turco – siguió diciendo la voz- ¿Estas bien, compañero?

-Si, gracias. Soy Quique, Turco. ¿Por qué estás?-pregunté a mi vez

--Porque no le bajé la vista al señor celador ¿Y vos?

-Todavía no lo se. Recién me sacaron de la enfermería, me llevaron al pabellón cuatro, estaba ordenando mi ropa y ahora me trajeron para acá. No se por qué.

-¿Que raro, no?

-¿Por qué?

-Digo, que te traigan así… ¿Qué hiciste desde la enfermería hasta el pabellón?

-Nada. Solo que cuando me subía para el pabellón cuatro yo le dije al señor celador que era del seis y me gritó que me callara. Eso nada más.

Estuve alojado en los calabozos “de emergencia”, según el SPF, 15 días. La sanción aplicada estaba originada en “faltar  el respeto al agente que lo traslada”.

Sin lugar a dudas, mirando hacia el pasado sin apasionamientos, la razón de la sanción radicaba en el hecho de haber escuchado lo que sucedía de la puerta de la celda de aislamiento hacia fuera, en la enfermería.

Asociando la reacción del médico Zaleg o Saleg ante la pregunta de  si se había muerto la persona que se quejaba (Mario Abel Amaya), con  el alta compulsiva y el encierro en el calabozo de castigo por una falta que no existió, se deduce que se buscaba evitar se conociera de inmediato la muerte del dirigente radical entre los detenidos no desaparecidos alojados en el  campo de concentración de Rawson.

Creo necesario decir que el sistema de traslado que tenía el SPF y se aplicaba en aquellos días era en verdad muy jodido.  Cuando te sacaban del lugar te vendaban los ojos hasta llegar a destino. En el interín, si te llevaban en un Hércules o cualquier otro avión, ibas doblado, esposado, con la cabeza  metida  entre  las rodillas; con otro par de esposas en los tobillos y a su vez estas unidas por una cadena a las que llevabas en las muñecas. Casi nada.

Era infaltable que te dieran una pateadura de padre y señor mío cuando te sacaban y no podías defenderte, durante el vuelo te metían alguna mano y la completaban cuando llegabas a destino. Si sobrevivías podrías contarlo y si no morirías inútilmente.

Como desde el radicalismo nunca se dijo nada con firmeza y metafóricamente solo se habló  de la muerte de Amaya como un hecho doloroso solo para la familia del asesinado dirigente, es dable pensar que en aquellos días se tuvo un trato especial durante el traslado de Amaya y su compañero y en el vuelo los atendió una auxiliar de abordo brindándole todas las comodidades de un vuelo de línea.

Si el dirigente radical fue tratado junto a su compañero de viaje como todos los presos políticos de la dictadura, sin ninguna consideración, se debe decir que los molieron a palos tal y como era costumbre en la época teniendo como resultado lo sucedido con Amaya.

Los presos eran tratados como cosas.

Cuando llegaban a destino, cualquiera fuese la Unidad donde los alojaran, los penitenciarios del lugar antes de quitarles las vendas de los ojos, los molían a palos por si hubiese quedado algún lugar de sus cuerpos sin golpear.

Alguien podrá preguntarse sobre el día que murió Amaya y la fecha en que es dado a conocer el deceso.

Yo tengo otra pregunta.

¿Para el Poder existe algún impedimento?

Pueden decir el día que se les ocurra o lo que se les ocurra

La verdad es solo una y se puede llegar a conocer si se quiere investigar en profundidad.  No se investigó ni cuando estuvo en el gobierno el partido radical por dos veces.

Puede decirse que una vez primó el miedo a las botas por lo que se llegó a la estúpida expresión de que la casa estaba en orden y en otro caso fue por la ineficiencia misma.              

¿Para qué decir más?

Lo hecho, hecho está. Ya no tiene remedio.

Cuando se debió investigar no se lo hizo en razón de la conveniencia de quienes gobernaban. La ambición desmedida  por el poder circunstancial, temporario y breve no fue impedimento para olvidar a 30.000 personas que siguen reclamando justicia, qué puede esperar una persona a la que ni sus correligionarios recuerdan.

Lo que sigue lo extraje de una página web y lo utilizo aquí porque los autores dicen expresamente  “Prohibida su reprodución o copia en otros sitios web sin autorización previa y fehaciente del Equipo Nizkor.”  No se oponen expresamente a que su material sea utilizado en un libro. Por ello GRACIAS

 

 

El Doctor Solari Yrigoyen manifestó en la Audiencia que aproximadamente el día 2 o 3 de septiembre fue conducido junto con el doctor Amaya a la Cárcel de Villa Floresta, hasta el 11 de septiembre, en que ambos fueron trasladados a la Cárcel de Rawson.

Estas afirmaciones fueron confirmadas por Alberto Constante Barbeito, quien también estuvo detenido en la Cárcel de Villa Floresta, donde vio a ambos ex-legisladores, declarando que fueron trasladados a Rawson en la fecha mencionada.

Por su parte, en las causas antes referidas obran múltiples declaraciones de personas detenidas en la Cárcel de Rawson que dan cuenta acerca de los castigos a que fueron sometidos ambos ex legisladores en dicha unidad penitenciaria (Ramón Horacio Torres Molina, fs.205/300; Rubén Raúl Becerra, fs.305, causa 622-206-1976; así como también las declaraciones prestadas en distintas causas por Néstor Horacio Correa, Rubén Aníbal Bustos, Mario Daniel Souilhe, Domingo Segundo Vargas Sosa, Santiago Juan Carrara, Juan Fernando Verges, Juan Rodolfo Acuña, Rodolfo Amado Sobko, cuyos testimonios se agregaron a la causa Nº 648-210-1976).

En las unidades carcelarias antes mencionadas fue sometido a algún mecanismo de tortura.

En efecto, los dichos del doctor Solari Yrigoyen en este sentido se ven corroborados, respecto de su detención en la Cárcel de Rawson, por todos los testigos referidos más arriba que compartieron allí su cautiverio con las víctimas, quienes declararon que tanto el doctor Solari Yrigoyen cuanto el doctor Amaya, eran muy torturados, sometidos a pasaje de corriente eléctrica y golpeados con particular ensañamiento por los carceleros de dicha unidad penitenciaria.

Nota editorial: El texto de la sentencia de la Causa nº 13/84, debidamente certificado y validado, fue aportado al procedimiento 19/1997, que se sigue ante la Audiencia Nacional, por la defensa del ex Capitán de Corbeta Adolfo Scilingo para su utilización en el recurso que éste presentara ante el Tribunal Constitucional español en septiembre de 1999.

En el análisis de las pruebas documentales del sumario 19/1997 (Rollo de Sala 139/1997) realizado durante el año 2003, el Equipo Nizkor ha procedido a su íntegra digitalización y su posterior procesamiento para su edición, producción y puesta en servidor durante 2005 y 2006.

La versión publicada online es copia fiel del original de la Causa 13, habiéndose mantenido incluso los errores ortográficos y tipográficos de la sentencia original.


© Equipo Nizkor, septiembre de 2006

 

A Mario Abel Amaya no lo conocí personalmente pero en mi memoria está presente su deseo de vivir manifestado en aquel reclamo desde su cama hasta que su voz se hizo silencio

-¡Quiero vivir! ¡No me dejen morir así, por favor!

CAPITULO 8

LOS 70

CAP. 8

LOS 70

Han pasado 37 años exactos del momento en que se produjeron en nuestro país los movimientos sociales que iniciaron la caída de la Dicta Blanda implantada en la Argentina por su Majestad Juan Carlos I. Así lo bautizaron los jóvenes de la época al general Juan Carlos Onganía.

Cordobazo, Rosariazo, Mendozazo, Tucumanazo.  En cada lugar la gente se volcaba a las calles para pelear por derechos conculcados. No debo olvidarme de un militar que habló de “aplastar la cabeza de la víbora” y en respuesta se produce “el Viborazo”.

Esta parte de la historia ya está muy contada. Si bien con ciertas divergencias conceptuales, llegan sus relatores al mismo punto.

Sucede que la historia no se puede cambiar, aunque todos la interpretamos de manera diferente.

Sobrevolemos los setenta y tratemos de pintar un cuadro de situación. Solo desde lo social porque desde lo político será muy difícil analizar una etapa  en la que van a producirse cambios muy importantes y no solo a nivel conceptual. Sucede que desde finales de la década de los sesenta ha comenzado una transformación en el nivel del pensamiento de la juventud. Después de la Revolución Libertadora y el derrocamiento del  Tte. Gral. Juan Domingo Perón se genera en nuestro país una corriente que va en diferentes direcciones  pero conlleva el mismo interés de obtener el poder de la forma que fuere.

Es realmente extraño que un militar tenga la capacidad política que lo pueda equiparar a Perón a quien la masa lo convierte en líder. Es cierto que ese liderazgo no lo construye sólo sino que va incorporando a su alrededor figuras y me arriesgaría a decir inteligencias que aportan lo suyo para construir esa figura. Un papel preponderante lo juega María Eva Duarte “Evita” en esa parte de la historia  que logra el pilar fundamental en el que se sostiene el naciente peronismo

La falta de la capacidad política es determinante para que la sucesión de golpes militares en el país tengan el mismo y lamentable fracaso.  

La mentira se instituye como política de estado y aunque no quieren los militares, conceden para que se juegue con el nombre de Perón en las campañas electorales de los dos únicos y breves gobiernos civiles  habidos en dieciocho años hasta el regreso del general en los años 70.

 Argentina que, además, recibe la influencia superlativa de los sucesos del mayo francés y de las diferentes corrientes filosóficas que imperan en el mundo de la época será influenciada por esos hechos y brindará el medio para que aquí proliferen. Es esta una época en que los argentinos comienzan a copiar de una manera más profunda lo que hacen en otros países. Sobre todo en Europa. El fenómeno de las comunicaciones se hace parte de la Argentina moderna que asimila de manera rápida aunque no efectiva toda la información que comienza a recibir de manera abundante

Desde los movimientos hippies que nacen como resultado de situaciones históricas que enfrentan las nuevas generaciones a las que, producto de la guerra reciente, se les ha dejado como herencia por un lado la ausencia del referente inmediato, contemporáneo, y por el otro el estar obligados a desarrollarse y crecer sin tener un modelo real a imitar debiendo actuar de manera impulsiva, no racional, porque es urgente vivir el momento antes de que desaparezca, esta juventud acciona solo por impulsos. Tendremos entonces creadores de agrupaciones pseudo revolucionarias de muy corta vida y su consecuente atomización, terminando en nuevas agrupaciones que continuaran con ese proceso.

Se puede tomar como ejemplo la célula que crece y se divide. Tal y como es el peronismo hoy con sus diferentes corrientes y mucho mas acentuado que cuando se crea el movimiento. Ya lo hemos dicho aunque es bueno recordarlo. Los argentinos olvidamos fácilmente.

¿Cómo era Buenos Aires y la Argentina toda en los comienzos de la década en que se instauraría el horror en el país?

Las modas se imponían rápidamente gracias a que la información convertida en noticia era de fácil acceso gracias a la proliferación de los medios de comunicación.

De manera  en que casi no nos dimos cuenta pasamos de usar el vaquero Far West  a vestir primero el Lee y luego el L`evis y en cada paso había quienes se hacían el día con el cuento del tío al vendernos un paquetito en el que nos decían que estaba el Lee que llegaba de contrabando y cuando lo habríamos había cualquier cosa. Entonces buscábamos un vaquero y lo desteñíamos con lavandina para conformarnos.

A nivel de la música popular de la época, la música pop, continuaba reinando Palito como solista y lo será por mucho tiempo. Algunos de los integrantes del famoso Club del Clan ya habían pasado a la historia y sobrevivieron los que supieron manejar sus carreras de manera más o menos coherente.

La avenida Corrientes era todavía “la calle que nunca duerme” y se podía sentir el fluir de la vida en Buenos Aires, como si fuese la vertiginosa corriente sanguínea de los seres humanos. A toda y en cualquier lugar era viable encontrar un lugar abierto para tomar un café o lo que fuere.

Cuánto te lastimaron  Reina del Plata. Quedaste herida de muerte con esos injertos espantosos que a manera de autopistas te ensamblaron y por ellas se escaparon cuántos millones que engrosaron la deuda externa y enriquecieron a tantos militares que nunca fueron juzgados. ¡Que justicia rara tenemos los argentinos!  Pero no importa, nadie se siente feliz toda la vida porque esta también tiene un final y ninguno en absoluto es  el más rico del cementerio.

Te dañaron quitándote la vida de tus jóvenes con horribles tormentos previos para satisfacer los perversos y malsanos deseos de fanáticos locos respaldados por retorcidos e inicuos religiosos en nombre de un dios llamado dinero, riquezas, poder, fortunas, caudales, peculio, encubierto por  aquellos locos irracionales con el eufemismo de amor, libertad, democracia, patria o padre que estas en los cielos.

Cómo olvidar aquella ciudad en la que se podía andar en y con libertad y pedir “haz el amor y no la guerra” y caminar con la guitarrita en bandolera tarareando aquella letra de Adamo que se lamentaba porque

 “con ilusión castillos levanté, los vi caer, perdí  la fe; me desengañé porque en el mundo nunca tanta farsa imaginé”

O, como hacía Moris que de manera premonitoria cantó

“ayer nomás en el colegio me enseñaron que este es un país que es grande y tiene libertad”

 Y que “Los Gatos” destrozaron al cambiar por

“ayer nomás una mujer en mi camino me hizo creer que amándola sería feliz”.

Qué vamos a hacerle. Había que sobrevivir.

Será quizá por eso que en mi corazón quedaron los gemidos de un gorrión cantados por la voz desesperada de Mellino o la gran sociedad que él cantaba con Alma y Vida, grupo que integraba, o la marcha de la bronca que no pierde vigencia y que entonces cantaban Pedro y Pablo.

“Bronca porque mienten con descaro pero nunca nada queda claro… Bronca porque a plena luz del día sacan a pasear su hipocresía”.

Bronca,  siempre la bronca. Solo la bronca y nada más. La bronca que se puede manifestar de manera descontrolada en la cancha y cuando el equipo de nuestros amores pierde y se sale a la calle a destruir el esfuerzo y sacrificio de otros.

Bronca justificada pero manifestada sin sentido.

Por qué no referir al extraño del pelo largo para seguir caminando por esas callecitas que tienen ese qué se yo ¿viste? Volver a sentirnos pibes veinteañeros que estaban otra vez en la vía y con los zapatos rotos porque todo lo que había llegado al país con un hombre gagá eran un asesino demente y una cabaretera que sumirían a la Argentina en un marasmo inmenso cubierto de muerte y desolación.

Aquel siniestro personaje que nos legara el general comenzó poniendo alrededor del obelisco un anillo que decía “el silencio es salud” e imponiendo un tema cantado por Los Náufragos que pedía

“quedate piola Vicente, deja que hable la gente… Quedate piola Vicente y la mosca loca tendrás”.

No se por qué me viene a la memoria aquella letra pensada por un falopero mientras evacuaba en el baño de una pizzería del Once y que dice

“estoy muy solo y triste acá en este mundo, abandonado, tengo una idea es la de irme al lugar  que yo más quiera. Me falta algo para ir pues caminando yo no puedo…”

Y que lo inmortalizó: Tanguito o Ramsés II como se hacía llamar. Luego aparecerán otros dueños de la letra. En fin, el triunfo tiene muchos padres y la derrota… es huérfana.

Como olvidarte Ciudad con tanta loca libertad y sin la plaga que nació en Vietnam y que ha matado más gente que los chacales del Atlántico y Pacífico juntos: El Sida.

Se preguntaran quienes son los chacales. Sencillo. De este lado Videla, Massera, Agosti y seguidores. Del otro lado Pinochet y seguidores. Tampoco tenemos que  creernos que lo hicieron solos.

En cuanto al SIDA nadie puede negar que nace como parte de las armas químicas usadas en Vietnam. Todos la llamaron la peste rosa porque aseveraban que la transmitían los homosexuales y se olvidaban que los homosexuales siempre existieron porque nacieron con el hombre. Y hubo en todas las épocas y culturas.

En fin. Así somos y seremos hasta el fin de la humanidad. De paso dudo que ese fin llegue alguna vez ordenado por mano divina. Es el hombre el que hace desaparecer al hombre.

A veces lo hace masivamente, tal y como sucedió durante la segunda guerra mundial, en Vietnam, Corea, África o América del Sur. Con precisión, en la Argentina, Chile, Uruguay, etc.

Durante los ’70 se podía vivir en libertad. Esa libertad regía para todo, incluida la libertad sexual porque por entonces no existía el miedo a esa enfermedad espantosa y maldita que el hombre ha creado para destruirse a sí mismo. No quedan dudas que es una enfermedad de laboratorio nacida entre las armas que se utilizaron en Vietnam, sin que sus creadores supieran qué alcance tendría lo que estaban creando: Un arma mortal muy efectiva. Esta sin razón es justificada siempre por el poder y nunca jamás habrá de reconocer su autoría en esta masacre de nuevo cuño.

 Excepto cuando comience a derrumbarse el imperio y todos sus “amigos” de hoy comiencen a abrirse de manera tal que su desaparición sea inevitable. Solo hará falta la crisis inicial que no se que carácter tendrá. Un día llegará el final.

En algún otro momento mencioné a uno de los filósofos considerado “materialista” por su concepción, su idea del mundo, que dijo que cada cosa lleva en su seno lo opuesto y mencioné ejemplos. En algún caso será el hombre quien descubra ese opuesto. En el tema Sida, ya debe haber sido descubierto en algún laboratorio el punto en el que la enfermedad es frágil y puede combatirse pero, por alguna razón no se utilizan los medios necesarios para ello. Sin duda el eje pasa por una cuestión de intereses económicos y políticos de los grandes centros de poder.

Los 70’, se piensa fueron un semillero que germinó en guerrilla y grupos de toda índole que llevaron a la Argentina a sufrir el paso por un momento muy oscuro de su historia. Momento que podrá ser olvidado por quienes deben impartir justicia y por la historia oficial pero no por los pueblos que viven una Historia real.

La lógica nos enseña que todo transcurso histórico es producto de situaciones generadas por la misma sociedad que necesita continuar siendo parte de un proceso que no tiene fin y que sigue transformando todo a su paso. Esa transformación tiene un costo elevado visto desde lo personal pero ínfimo visto desde la historia de la humanidad.

Recuerdo que en la cárcel se contaba un chiste que tenía como protagonista a una señora de la clase alta que jamás había pisado una villa y visto a un pobre y que, cuando le mostraron uno dijo:

-¡Ah! ¡Un pobre! Venga, déjeme que lo toque…- Para luego correr a lavarse la mano.

No se por qué se usaba este simbolismo cruel para mostrar las diferencias sociales en nuestro país. Puede que existan situaciones particulares que nos pinten cuadros de esta significación. No creo que esto sea lo común…pero los hay.

AUNQUE ASUSTA EL SILENCIO DE LOS QUE NO SON INOCENTES

¡ES LINDO VIVIR EN SAN JUAN!... SI TE DEJAN

DESDE LA VUELTA DE LA DEMOCRACIA, QUE PARECIERA YA INSTALADA DEFINITIVAMENTE EN NUESTRA AMERICA LATINA Y EN PARTICULAR EN NUESTRO PAÍS, HAN OCURRIDO ESTOS HECHOS LAMENTABLES QUE ENLODAN Y EMPAÑAN ESTE MOMENTO CRUCIAL PARA TODOS.

 

EN NUESTRA PROVINCIA LA DESAPARICIÓN DE PERSONAS SE HA CONVERTIDO, NO YA EN HECHOS CASUALES ENMARCADOS EN UNA SITUACION SOCIAL Y POLÍTICA CONFLICTIVA SINO EN LA INDUSTRIA QUE PERMITE LA COMISIÓN DE DELITOS QUE JAMÁS SERÁN JUZGADOS PORQUE SUS HACEDORES NUNCA SERÁN HALLADOS.

 

TODOS SUPONEMOS, AUNQUE POR MIEDO NO LO DIGAMOS, QUE EL PODER POLÍTICO  ESTÁ INVOLUCRADO DE ALGUNA MANERA EN ESOS HECHOS POR LO QUE YA SE ACEPTA COMO DEFINITIVO EL NO ESCLARECIMIENTO DE LOS MISMOS.

 

ASÍ COMO HOY SE DESCUBRE QUE HAY JUECES INVOLUCRADOS EN LA COMISION DE DELITOS CON LOS QUE SE SAQUEA AL ERARIO PÚBLICO PROVINCIAL  DAÑANDO EL INTERÉS COMÚN, SE FORTALECE CON ELLO LA CREENCIA DE QUE EN LA COMISIÓN DE ESTOS CRÍMENES PUDIERAN TAMBIÉN ESTAR INVOLUCRADOS AQUELLOS QUE ASCIENDEN TAN FACILMENTE.

 

NO OLVIDAMOS CASOS PARADIGMÁTICOS QUE JALONAN NUESTRA HISTORIA DE FRUSTRACIONES COMO EL DE MARIA ROSA PACHECO DE BALMACEDA EN EL QUE UN JUEZ INVOLUCRÓ HASTA AL ESPÍRITU SANTO COMO QUIEN LE DABA INFORMACIÓN QUE LE PERMITIA ESCLARECER EL CASO. EL MISMO JUEZ CERTIFICÓ QUE EL VICEGOBERNADOR DE LA PROVINCIA EN EL AÑO 1977 HABIA MUERTO EN UN CENTRO MÉDICO CUANDO TODOS SABEMOS QUE MURIÓ EN UN HOTEL ALOJAMIENTO EN LOS BRAZOS DE UNA AMANTE OCASIONAL.

 

¿ALGUNA VEZ HABRÁ JUSTICIA LIMPIA, CLARA, HONESTA, SIN MANCHAS?...

DESAPARECIÓ EL 24 DE SEPTIEMBRE DE 2010

SE CUMPLIERON 5 AÑOS SIN RESPUESTA - EL SILENCIO DE LOS QUE NO SON INOCENTES

Adolfo “Gogo” Ruíz.


Era empleado de la Dirección de Arquitectura y dueño de una pequeña empresa de transporte con la que prestaba servicio de recolección al municipio caucetero y trabajaba en la cosecha. Vivía con su esposa y sus dos hijos en el Bº Felipe Cobas de Caucete. Este 27 de septiembre cumpliría sus 52 años. Desapareció el 24 de septiembre del 2010, alrededor de las 20.30 cuando salió de su dentista, cerca del centro de Caucete. No se llevó abrigo ni documentos. Era reservado y no tenía conflictos con nadie. El mes pasado hicieron excavaciones en San Martín y Caucete en busca de su cuerpo tras el testimonio de una joven acusada de homicidio, pero no hallaron rastros. "Nosotros seguimos buscando a mi viejo con vida y no perdemos las esperanzas", dijo ayer Daniel Ruíz, su hijo mayor, quien también señaló que hoy se reunirán en familia para recordarlo y no harán ninguna manifestación pública.

DESAPARECIÓ EL 28 DE SEPTIEMBRE DE 2004

UN CASO PARADIGMÁTICO QUE SIGUE SIN SER ESCLARECIDO. SE CUMPLIERON 11 AÑOS ¿SIN RESPUESTA?

Ingeniero Raúl Félix Tellechea, docente universitario.


Su caso es considerado como desaparición forzada. Era ingeniero y estaba vinculado al ciclismo y era docente universitario. Tiene 4 hijos y hoy tendría 62 años.

 

Desapareció la noche del 28 de septiembre del 2004 en Capital, después de que cenó con su última pareja. Su desaparición fue vinculada a un supuesto fraude en la mutual (donde trabajaba) de la Universidad Nacional de San Juan.


Su familia acusa a los directivos de la entidad de aquel entonces, muchos de los cuales ocupan puestos claves en la actual gestión de José Luis Gioja. Muchos esperan el cambio de gobierno con la esperanza de saber la verdad de lo sucedido 

POCO SE HABLÓ DE ESTE CASO. TAMPOCO HUBO UNA PALABRA OFICIAL ¿LO ENCONTRARON?

Pablo Dominguez Cano

 

Un joven comerciante radicado en la zona sur del Gran San Juan que solía ausentarse esporádicamente y que un día ya no volvió.


Hasta la fecha, de acuerdo a nuestros archivos y consultada la Policía de San Juan a travez de su departamento Relaciones Policiales, nadie confirmó su reaparición en el entorno familiar o social.

 

Casos que tratados individualmente solo cubren una línea en las estadísticas pero que sumados como lo hacemos hoy, muestran una realidad induvitable que tendría que  llamarnos la atención.

 

Claro es que quienes tienen la responsabilidad de garantizar las libertades individuales y la seguridad personal de cada integrante de la sociedad sanjuanina, están más preocupados por ganar las próximas elecciones que por ocuparse de los desaparecidos en democracia 

SE DIJO QUE FUE IDENTIFICADA EN LA AHORCADA DE VALLECITO, MAS NADIE DIO CON SU/S ASESINO/S ¿QUÉ PASÓ?

Valeria del Valle Cearez


      EN APARIENCIA ESTE CASO ESTARÍA EN VIAS DE ESCLARECERSE SI ESTUVIESE EN MANOS DE UN JUEZ COMPETENTE


Una ama de casa de Caucete que un buen día desapareció y nadie supo dar señas de su paradero. Ni su compañero, ni sus vecinos.

 

Muchos de estos casos, destacados hoy, ya fueron olvidados o están en los archivos de las áreas policiales que oportunamente se encargaron, por lo menos, de registrarlos sin que hasta el presente la sociedad haya sido informada, como es lo corriente, en los medios de comunicación social del resultado de la investigaciones realizadas, si es que las hubo.

 

Lo cierto es que no existe información actualizada a la fecha de tantos casos de desapariciones en nuestra provincia-

DESAPARECIÓ EL 21 DE OCTUBRE DE 2004

HACE CASI 11 AÑOS. SIN RESPUESTAS ¿DONDE ESTÁ?

Paola Vanesa Gil.

 

Salió de su casa en el Bº Las Viñas, Santa Lucía, la noche del 21 de octubre de 2004 y nunca más regresó ni se tuvo noticias de ella. Tenía 22 años en ese entonces.

 

Su novio se desentendió de todo.

 

La chica había sido antes novia del ahora famoso delincuente Rodolfo "Fofo" Almeida, pero tampoco se supo nada a través de él.

 

Corrió el rumor que podía estar en otra provincia.

 

Hasta hoy, su familia no sabe si esta viva o muerta.

DESAPARECIÓ EL 11 DE AGOSTO DE 2002. HACE  13 AÑOS

SERGIO CUMPLIRIA EN EL 2015, 26 AÑOS DE EDAD

Sergio David Guerrero.

 

El chico tenía 13 años y desapareció justo el Día del Niño, el 11 de agosto del 2002.

 

Vivía con su familia en un ranchito en Villa Santa Rosa, Ullum.

 

Era casi el mediodía cuando se fue caminando hacia los fondos de la casa y se internó en una finca.

 

Nunca más lo vieron.

 

Días enteros lo buscaron en las inmediaciones y en el campo, incluso revisaron el pozo ciego de su casa, pero nada. La hipótesis fue que alguien lo raptó.

DESAPARECIÓ EL 23 DE OCTUBRE DE 1997

¿ESTARÁ VIVO? 18 AÑOS MAS 7, HOY SERIA UN HOMBRE DE 25

“Yiyo” Villafañe.

 

Más atrás, hay otro caso recordado como el de Matías "Yiyo" Villafañe, de 7 años.  

El chico se perdió el mediodía del 23 de octubre de 1997, en Villa Hipódromo, Rawson.

 

Una mujer y dos hombres, todos conocidos de la madre, fueron condenados por la sustracción de ese niño.

 

El niño nunca apareció y se dejó de investigar por el origen del niño: hijo de una prostituta y un delincuente. Al parecer no fue considerado persona. Se convirtió en un caso emblemático que, en silencio cuestiona a la justicia y a la sociedad cómplice por su silencio.


En la conciencia de cada sanjuanino que nada hizo, que guardó un silencio complice, estará la carita de este niño que nada mal hizo a nadie, que solo queria jugar y crecer, que hoy podría, también, ser papá.

 

Señor perdona nuestra cobardía

DESAPARECIÓ EL 26 DE MAYO DE 1993

EN EL 2015 SE CUMPLIERON 22 AÑOS DE UN CASO SIN RESPUESTA

Fabiana Castro.

 

Otro caso fue el de Fabiana Cristina Castro.Tenía 25 años y era madre de un niño.

 

Desapareció cerca de la medianoche del 26 de mayo de 1993 mientras regresaba en bicicleta a su casa en el Bº Hipólito Yrigoyen, en Jáchal.

 

Investigaron al marido, un ex gendarme, pero no llegaron a nada.

 

Su historia, pareciera terminó ahí, marcando al punto la falta de capacidad de los investigadores que, como en otros muchos casos, no tuvieron una respuesta

DESAPARECIÓ EL 14 DE DICIEMBRE DE 2002

¿SE CUMPLIRÁN 13 AÑOS SIN QUE SE ESCLAREZCA ESTE CASO?

Andreas Colli.

 

Tenía 37 años y era alemán.

 

La última vez que lo vieron fue el 14 de diciembre de 2002, cuando emprendió el ascenso al Cerro Mercedario en Barreal, Calingasta.

 

En el 2005 hallaron su mochila en la casa de un baqueano que dijo que la recibió de manos de dos italianos que la encontraron en uno de los picos de la montaña.

 

En la causa se investiga la posible implicancia de seis gendarmes y el ex encargado del hotel de Barreal. El encargado del hotel ¿Qué relación tiene con el poder o con la clase política?

 

Como en los casos ya destacados nunca nada se esclarece por eso

 

¡ES LINDO VIVIR EN SAN JUAN!

SIN PALABRAS

SIN PALABRAS

(Ayudame Susy Leiva)

 

A LO LARGO DE SUS PÁGINAS UN CRUDO RELATO DE LA VIDA  DE LOS PRESOS POLÍTICOS ARGENTINOS EN LA CARCEL DURANTE LA ÚLTIMA DICTADURA MILITAR

 

 

UNA VISIÓN MUY PERSONAL QUE ENCARA LOS RIESGOS DE NO SER INTERPRETADA EN EL SENTIDO DEL RELATO

 

 

-¿HUBO CRUELDAD EN LA CARCEL?

 

- SIN LUGAR A DUDAS Y NO SOLO DE PARTE DE LOS CARCELEROS. MUCHAS VECES EL MISMO PRESO FUE EL CRUEL VERDUGO DE SUS IGUALES

 

 

SIN PALABRAS

UNA OBRA  DE JUAN QUIROGA PARA SER LEIDA POR TODOS A QUIENES LES IMPORTE LA VIDA DE NUESTROS JOVENES

 

 

Editada de manera artesanal y enviada por pedido.

Solicítela a: juansanjuan@hotmail.com  o encuentrela en www.bubok.com.es (PARA EUROPA) TAMBIEN EN  www.bubok.com.ar ( PARA ARGENTINA) Y EN

www.autoreseditores.com (PARA SUDAMERICA Y EL CARIBE)